sábado, 26 de novembro de 2016

10. FAUSTO MORILLAS

Técnica Mista/ 60x73 cm
2.600,00 €

Tras su primera exposición, realizada en su pueblo, Oliva (Valencia) en 1977, inicia una sólida formación en la facultad de Bellas Artes de San Carlos (1978-83). Realiza también, varios cursos de especialización en Técnicas de Grabado, Estampación y Dibujo técnico en la Universidad Politécnica de Valencia. Durante estos años, se centra en el estudio de la figura humana, y se enriquece continuamente con la diversidad de propuestas que le rodean, visitas continuadas por los museos de todo el país, exposiciones, etc.
Al finalizar los estudios, su obra se va haciendo cada vez más madura, pero siendo fiel a su instinto creador y alejándose en todo momento de las modas, se deja llevar por su necesidad de expresarse como lo siente. Por esta razón pueden apreciarse en sus series pictóricas, que aun siendo muy distintas unas de otras, la existencia de ciertos elementos que las enlazan.
Comenzamos estas series con las obras realizadas en los años 1987-1990, una serie “naturalista-geométrica”, donde las formas vegetales y elementos geométricos que a veces rozan la concepción cubista, se combinan con espacios organizados casi teatrales.
El profesor Adrián Espí escribe: “El pintor ha ido, profundizando en el diseño de los volúmenes, y aunque alguien pudiera pensar que cierta síntesis cubista estaría nutriendo la labor de Fausto, es menester afirmar que no; estructuralmente, el pintor nada tiene que agradecer a esos manifiestos. El factor básico en nuestro artista, acaso sea el dibujo... y el color. El dibujo que se asemeja a la ciencia exacta y que es en su interior arabesco y en el exterior, sensualidad de linea.
En la serie “Geométrica” (1990-1993), Pérez Guerra escribe en el Punto de las Artes: “...La suya es una creación que se antoja enigmática y dotada a la vez de un profundo dinamismo. Enigmática, no solo por el titulo de las obras, sino por esa certeza que invade al espectador de encontrarse ante la ilusión de un tránsito muy palpable de lo material a esa dimensión que se rebela como decididamente espiritual”.
En la Serie “Bodegones” (1994-1997), Fausto crea espacios donde altera el tamaño de los objetos que no guardan entre sí la relación que lógicamente cabría esperar. Y entre pirámides y estructuras corpóreas deja que la propia geometría de las frutas juegue su papel de vitalismo dentro de un ordenamiento de conceptos.
De 1996 a 1997 Fausto crea una Serie “Homenaje a los Clásicos” (Velazquez, Rubens, Vermeer...) realizando una aproximación o búsqueda casi arqueológica, y describiendo con una técnica muy sugerente la materia pictórica. Una interesante tensión enigmática genera una atractiva percepción en el espectador, el cual, no queda indiferente ante estas obras.
En la serie “Fragmentaciones" (1997,2000), la obra se nos presenta como si de una página de cómic se tratara, la escena se resuelve en viñetas que nos muestran, a veces diversos planos del mismo objeto para enfatizarlo.
En la serie “Flor del Alma” (2000-2003) Antonio Martínez Cerezo escribe: “Fausto Morillas no pinta la flor, sino lo que queda de ella en la retina, cuando se aleja uno de la flor y la siente enraizar en lo más adentro. Sus flores no concretan los límites de la flor, sino la idea de ella, la flor idealizada...”
Y en la serie más reciente
“La ciudad Utópica” (2003-2007), según sus propias palabras, ha querido recrear y explorar una ciudad imaginaria... una ciudad que no existe en ninguna parte, solo en el interior de nosotros mismos, una ciudad que, aunque no la podamos descubrir, no podemos dejar de buscarla...
Estamos pues, ante un pintor diferente, creativo y muy personal, que nos seguirá sorprendiendo con su manera cambiante de ver el mundo que le rodea.
Juan Pedro Martínez Solbes

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